MARINA NUÑEZ DEL PRADO
Marina Núñez del Prado (1908-1995)
Nació en la ciudad de La Paz, Bolivia el 17 de octubre. Estudió artes plásticas admirando mucho el
trabajo del escultor italiano Miguel Ángel Buonaroti. Estudió Bellas Artes en la ciudad de La Paz de donde se graduó en 1930. Entre el año 1931 y el
38 enseñó escultura en la misma academia donde ganó el puesto de director de
Escultura y Anatomía Artística de la Academia, convirtiéndose en la primera
mujer en aquella posición.
Entre 1948 y 1958 estuvo
viajando exhibiendo su obra en numerosos países, regresando posteriormente a
Bolivia. En 1972 se mudó a Perú donde viviría con su marido, el
escritor peruano Jorge Falcón Gárfias. En
Lima, en el distrito de San Isidro está aún su casa, hoy convertida en una
fundación, donde sus esculturas se muestran al público
Fue una de las más aclamadas escultoras de Bolivia. Trabajó principalmente con granito
negro, alabastro, basalto y onyx blanco, así que con muchos tipos de maderas
nativas de Bolivia. Su obra se caracteriza por figuras pesadas pero con muchas
curvas y sensualidad, así como de estilizados cuerpos femeninos. En Bolivia
celebraron en el año 2008 fecha de su centenario por su natalicio.
Son conocidas las expresiones de
admiración de Picasso o de Gabriela Mistral sobre la obra escultórica de la
creativa artista, que siempre encontró inspiración en las montañas andinas.
"Mi vida es mi obra: siento la inmensa dicha de haber nacido bajo la tutela de los Andes que son la expresión de la fuerza y el milagro cósmico; así, mi obra expresa el espíritu de mi tierra andina y el espíritu de mi gente aymara”, decía ella.
En 1952, Gabriela Mistral se refería a ella en el periódico La Nación de Buenos Aires: "Marina es ya el caso de un maestro (...) Para la boliviana genial, la gracia se ha apresurado, pues su obra lanzada es ya ancha (...) la patria suya rebasa a Bolivia: ella comprende toda su América india y mestiza. La fiesta es por lo tanto para todos nosotros”.
Marina expuso en numerosos países de la región -Uruguay, Argentina o Perú, entre otros-, así como en EEUU y Europa. Pero no sólo se impuso a la dureza de la roca, sino también a la de las condiciones sociales imperantes en su época, pues la que llegaría a ser la más grande artista plástica boliviana estudió en la Academia de Artes Hernando Siles de La Paz, entre 1927 y 1929, de la cual posteriormente -entre 1930 y 1938- fue la primera docente mujer.
"Mi vida es mi obra: siento la inmensa dicha de haber nacido bajo la tutela de los Andes que son la expresión de la fuerza y el milagro cósmico; así, mi obra expresa el espíritu de mi tierra andina y el espíritu de mi gente aymara”, decía ella.
En 1952, Gabriela Mistral se refería a ella en el periódico La Nación de Buenos Aires: "Marina es ya el caso de un maestro (...) Para la boliviana genial, la gracia se ha apresurado, pues su obra lanzada es ya ancha (...) la patria suya rebasa a Bolivia: ella comprende toda su América india y mestiza. La fiesta es por lo tanto para todos nosotros”.
Marina expuso en numerosos países de la región -Uruguay, Argentina o Perú, entre otros-, así como en EEUU y Europa. Pero no sólo se impuso a la dureza de la roca, sino también a la de las condiciones sociales imperantes en su época, pues la que llegaría a ser la más grande artista plástica boliviana estudió en la Academia de Artes Hernando Siles de La Paz, entre 1927 y 1929, de la cual posteriormente -entre 1930 y 1938- fue la primera docente mujer.
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